Cuento con un cuerpo, una mente, un alma, el prójimo, la naturaleza y la ofrenda de vivir. Soy responsable del préstamo. Debo ser cortés y educarme para agradecer su tutela.
Dejaré algunas pistas, alguna lista de "-istas" y demás sufijos, que deseo al menos rocen como una asíntota la utopía de mi más sentido ser.
Humanista, ecologista, xenófilo, devoto de un Dios humano, ácrata de una sociedad civilizada, disidente, subversivo, apátrida, entre otros.
Plantado entre mis ideales, a veces su vergel, otras en barbecho.
Afortunadamente soy un marginal, me ubico como un inciso en el contexto, parte de esas excepciones que confirman la regla.
¡Sentir es urgente! Asolados por una epidemia de indiferencia, vivimos una crisis humanitaria sin precedentes. Por tanto, tales calificativos, hoy en día son sólo sinónimos de persona, una especie en peligro de extinción.
No tengo mayor ambición que vivir lo que me corresponde.
Sigo aprendiéndome, es decir como Sampedro "soy un aprendiz de mí mismo", tratando de alcanzarse en todas sus facetas, empujado por la curiosidad hacia el abismo de la diversidad del ser.
Decía Søren Kierkegaard que "si me clasificas me niegas".
"Yo soy inmenso, contengo multitudes" Walt Whitman.
El ser es tan volátil que no puede encerrarse.
Tratar de definir a alguien es como confundir la forma del agua en sí, con su adaptación al recipiente mental que lo contiene. Si me apuran, en realidad nuestras definiciones nos definen incluso algo más a nosotros mismos, aunque tampoco lo suficiente.
Yo soy mi propio enigma y el pálpito de resolverlo.
Por favor, no presuman conocerme si yo mismo sigo en ello.
Cada día me invito a descubrirme un poco más, a usted también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario