Mi patria no es un himno, un cuartel, una bandera.
Ningún recinto entre fronteras, que el ave de mi alma sobrevuela.
Mi patria está aquí o allá, donde el querer me lleva.
Miradas, sonrisas, caricias, palabras cercanas por más que mis pies se alejan.
El mismo oxigeno que mis pulmones llena.
Culturas, olores, colores, sabores,
distintas recetas para un mismo sentimiento.
¡Qué extraño, me es tan propio lo ajeno,
que no extraño antaño en lo extraño!
¿Será posible exiliarse en el mundo?
Al fin y al cabo soy, como cualquier parque,
otro bosque emboscado.
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