jueves, 7 de octubre de 2021

Mujer imprégname

Mujer, quiero que impregnes mi ser deliberadamente.
Perder al instante la consciencia.
¡Ay, como deseo verterme en el torrente,
por el que fluye tu delicada esencia!

¡Déjame!, permite que en delirios agotemos
la locura en movimiento,
que en sofocada pasión temblemos,
como llamas en el viento.

Anhelo llevarte al risco,
que vengas conmigo al valle.
Y sin gesto arisco,
cuidarte con detalle.

Rapaces del deseo o cisnes en clama,
estandartes seamos, de un amor que ensancha.
¡Acércate! Serenos bailemos esta danza del alma
o con ruidoso estrépito, en atolondrada marcha.

No sé si a tu corazón hirió cruel desengaño.
Ignoro si tu inocencia fue burlada.
Más no quiero hacerte daño,
sino sanar tu alma enamorada.

Tal vez fracase nuestro idilio.
Tal vez se extinga este furor.
Mas no es el misterio martirio,
del que afronta con valor.
Así que, ¡Sígueme! o ¡Condúceme!,
Pero... ¡Vayamos!
Pues quizá el velo de este amor que duerme,
preceda al vergel cuyos frutos soñamos.

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