jueves, 7 de octubre de 2021

La flor que me acompañe


Los siguientes versos fueron escritos durante la adolescencia, desde la ingenuidad de uno de los primeros (des)amores.
Ahora sé que el amor es un jardín que enraíza adentro. Algunas flores brotan, otras mueren, otras hieren. 
Mas si quiero que me embriague su fragancia, no por ello dejaré de cultivarlas. 
Ninguna amante puede matar al amor, como ninguna flor al jardinero,
Porque el amor no muere, sólo aguarda su destino. 

La flor que me acompañe

Junto a ti el aire se torna dulce
y me conduce
la brisa de tu aliento,
la prisa que me imprime el sentimiento
de compartir el tiempo a tu lado.

Desolado paisaje cobra vida
en tu presencia
y en tu ausencia
de nuevo necesito respuestas
que por las cuestas me alivien.
Que tibien los mares
que navego sin apego en soledad.

Vacuidad y desconcierto
calman con acierto
tus caricias,
las delicias de tu voz al susurrar,
el placer de acurrucar mi cuerpo junto al tuyo,
cuyo aroma me cautiva
y me motiva un sueño plácido.

Desdeño ácido me embargó
al no hallarte.
Pero al encontrarte,
al sentirte a cada instante,
en adelante,
nada duele más que una pelea.
Que la marea que me arrastra al olvido,
mientras contra sentido nado
y no impido el desastre de perderte,
de cargar con el lastre de no verte.

Fuerte aflicción el desamor.
El mayor dolor que acusé
y a pesar que para el olvido lo usé todo,
al fin siempre el lodo me esperaba.
Como tierra encharcada
con mis lágrimas.
Como sierra escarbada
sin estimas
por el rencor y la indiferencia.

Referencia eres como marca en el camino,
como arca, que en mi destino
me abastece de cariño
y que como niño, hasta cuando riño, necesito.

Por ello, cuando sin ti transito,
tu recuerdo me persigue
y no se consigue borrarte,
limpiarte de mi memoria.
Puede que nuestra historia,
como la gloria sentida, como la escoria sufrida,
cincele el sentimiento en el pensamiento
y sólido como el cemento, petrifique el corazón.
Pero sin más razón
que la perenne sensación de amarte,
tras la estampida,
en la lápida de mi sentir, en el dolor que me tumbó,
tú serás la flor que me acompañe.

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