Crónicas de viaje/ Miscelánea artística y cultural.
El pan del obrero, como el del recluso, es su hambre de libertad.
Sólo presos se alimentan.
Nuestro mayor miedo no es que no encajemos, nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada, es nuestra luz y no nuestra oscurida...
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