y a sus sueños naufragar en un estanque.
Vi a su vida entumecer
y a una mota de polvo sobre el brillo.
No hay quietud sin inquietud,
ni la hay si el mundo gira.
Por mal que les pese,
los indecisos deciden, lo sepan o no.
Bajo el reino del cálculo, me reservo el valor de la mirada. Rendido al rendimiento, acudo a la melodía de vivir, sin peso, ...
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