Una buena ducha, un peinado adecuado y un atuendo elegante bastarían para confundir la mirada.
La otra tarjeta y el trato se transforma.
¿Una nueva persona?
- En absoluto. Con la suciedad sucede como al limpiar un mueble, podemos pasarle un trapo, pero sin abrir los cajones, persiste.
* Fotograma de la banda criminal Peaky Blinders.
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