El sol luciendo una sombra que ciega
Los pies llagados de caminar, al caminar
Y en esta guerra absurda ya no hay tregua sino al detenerse
Sino al obviar la sed
La resignación es una dulce derrota
La vida un empeño del instinto
¡Cuánto duele ...!
¡Cuánto duele la esperanza!
Mas no debemos nunca difamarla.
No, mientras la musa guíe
A quien la lucha inspira.
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