Yo viviré en tu gracia.
No será tu dicha mi frontera.
La envidia no es sana.
Dejad que enferme hasta que muera.
Náusea de autodecepción sin consuelo.
* Carátula de la comedia francesa "Envidia Sana".
Viajando inmóvil, salvo por el mero vaivén de mi mirada sobre el texto.
Sacando el jugo de la pluma que, como varita, evocó sus universos mágicos.
Susurrando voces mudas. Proyectando escenas ciegas.
Vibrando en el latir de sus hojas,
de papel que fuera árbol y volvía a oxigenarme.
Sintiendo sin estar, aunque estando en lo sentido.
Conversando el alma, con el orden agrupado de las letras.
Acompañado por ausentes personajes,
repoblando la inhóspita oquedad del tiempo.
Así se fue mi tarde junto a un libro.
¿Por qué tantas certezas sin dilema? ¿Por qué la rendición en la batalla? ¿Por qué esta calma, si la duda estalla? ¿Por qué tant...