¡Oh, maravilloso nido ajeno a los pájaros desplumados y enjaulados por la resignación!
¡Todavía me quedas tú, autenticidad!
Esencia vital y perenne, contenida en todo aquello que me rodea.
Imprescindible clave, que debo vislumbrar, para descifrar el sombrío entramado de mi vida
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