O de otro modo, sujetando un vaso medio vacío, derramando con torpeza mi esperanza.
Si vivir es batallar en un duelo constante de actitudes, trenzadas junto al azar, en un destino impredecible. Si una mínima porción de fortuna es gobernable, al precio de la voluntad. Prefiero remar rumbo a la ilusión, deseando que Eolo sople a mi favor, antes que ofrecerme a la corriente y dejar que impasible, arrastre mis despojos resignados.
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