Ningún esfuerzo es un valor en sí mismo, sino se incluye en la determinación de un sueño. Hagamos del sudor un bálsamo. Sin inquietud ni la aptitud es apta. La pasión nos dignifica.
A riesgo de blasfemia, sugiero actualizar el Génesis: "Ganarás el pan con los frutos del alma. Jamás con su empeño".
Nuestra labor debe respetar las inquietudes. Cuando el trabajo no cuesta trabajo, uno aprende a realizarse en él.
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