No solía hablar,
mas un gesto de bondad resumía su existencia.
Jamás hubo una ausencia tan presente.
Nos empapó,
su ausencia llovía en las calles.
Debió plañir, al partir, la vida que le celebraba.
No hubo, en su presencia,
un mensaje más profundo que el silencio,
ni epopeya más heroica que sus actos.
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