Vivir la muerte, matar la vida, es un terrible pasatiempos, como vagar, sin pena ni gloria, entre el vacío teórico de los sueños sin dejarse seducir por la utopía y con el último aliento, despertar dejando atrás un campo de anhelos marchitos. Sin margen ya para rectificar, una vida por hacer.
La utopía es la niebla que encubre nuestros límites insospechados, la realidad deseada se muestra tras el velo de lo imposible a quienes curiosos, se acercaron para ver más allá del disfraz.
*Escultura de "La Virgen del Velo" de Giovanni Strazza (1850).
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